28.1.09

El Sol atraviesa el cristal de un ventanal;

Estoy en el centro de una habitación despoblada,
una sombra nace en mis pies,
y tengo la infantil sensación de no estar solo;

La juzgo impersonal, ajena, otro;

Ni siquiera su fiel copia de mis movimientos me convencen;

Siento su mirada ciega,
sospecho que algo sabe,
que desearía poder contarme;

La miro fijamente,
le sonrío,
y timidamente le consulto por la muerte;

Pero es imperscrutable;

El Sol declina,
y ella se estira,
se diluye...
y se va sin decirme,
Adiós.

No hay comentarios: